El macerado es un proceso fundamental en la elaboración de cerveza, que consiste en remojar el grano molido a determinadas temperaturas con el objetivo de convertir el almidón en azúcares fermentables. En este artículo exploraremos en detalle qué es y cuáles son los métodos de macerado utilizados para llevarlo a cabo.
¿Que es el macerado ?
Cuando hablamos de macerado nos referimos al proceso en el que se tiene el grano molido a remojo a determinadas temperaturas con el fin de conseguir la sacarificación, es decir, convertir el almidón en azúcares fermentables.
Hay dos términos en inglés que resultan recurrentes. Son los siguientes:
Mash: Literalmente significa mezcla, combinación, y en concreto en el ámbito de la elaboración de cerveza hace referencia a la mezcla del grano y el agua. Puedes consultar este artículo sobre Mash Out.
Mashing: Acción y efecto de mezclar, o sea, para nosotros la maceración o macerado.
Dicho lo anterior, continuamos con los métodos para alcanzar las temperaturas de remojo necesarias:
- Calentar el agua en otra olla, denominada en el mundo cervecero HLT (hot liquor tank), y añadirla a la olla de macerado.
- Calentar directamente la mezcla aplicando calor en la olla de maceración.
Ya con lo básico aclarado, nos vamos de lleno a las técnicas de macerado, en las que tenemos la infusión simple, la infusión escalonada y la decocción.
Infusión simple (o single-temperature infusion)
Es el método más sencillo y popular, a la vez que válido para la mayoría de los estilos de cerveza. Consiste en añadir agua caliente al grano para conseguir una mezcla a una temperatura entre 65 y 68 °C, que mantendremos durante una hora. Resultará ideal que nuestro mash no pierda más de 2 °C en este tiempo.
Para asegurarnos que todo el grano está en contacto con el agua es conveniente ir añadiendo el grano y el agua en tandas. Un poco de grano primero y agua después hasta cubrirlo. Removemos hasta comprobar que no quedan grumos y volvemos a añadir más grano y más agua.
La proporción recomendable de agua:grano en litros y kilos, respectivamente, es de 3-4:1 (entre tres y cuatro litros de agua por cada kilo de grano).
La temperatura a la que calentaremos el agua dependerá en gran medida de este ratio, pues hay que recordar que tenemos una temperatura objetivo para la mezcla. No obstante, con carácter general, necesitaremos poner el agua a una temperatura entre 5 y 8C más que la pretendida.
A título práctico convendría empezar con una proporción de agua-grano de 3:1 y un agua de infusionado a 70-74 °C. Al emplear una cantidad de agua por debajo del máximo que admite el mash tenemos la ventaja de que si nos quedásemos bajos de temperatura siempre podremos añadir más agua caliente. Por cierto, en este sentido cabe que tomes buena nota del siguiente consejo:
Prepara siempre más agua caliente de la que creas necesitarás. Te sacará de más de un apuro.
Infusión escalonada (o multi-rest mashing)
La infusión escalonada es un macerado en el que se introducen distintas temperaturas durante el tiempo que éste dura
Con maltas bien modificadas, según George Fix, un macerado típico y con el que se consigue un alto rendimiento y buena fermentabilidad es el que se realiza con las siguientes temperaturas: 40/60/70 °C (yendo de la temperatura más baja a la más alta en escalones de 30 minutos).
En el proceso de la maceración son muchas las enzimas que entran en juego. Variando los tiempos de los escalones a 60 y 70 °C conseguiremos ajustar el perfil de azúcares fermentables. Así, por ejemplo, un escalón de 20 minutos a 60 °C seguido de un escalón de 40 minutos a 70 °C produce una cerveza más dulce y dextrinosa, mientras que variando los tiempos entre sí obtendríamos una cerveza más seca y atenuada.
De igual modo se puede jugar con las temperaturas. De este modo si estableciésemos los escalones a 63 y 68 °C mejoraríamos la gelatinización y la actividad de la beta-amilasa consiguiendo un mosto más atenuable.
En el caso de emplear una malta moderadamente modificada la infusión escalonada brinda un mejor rendimiento que la infusión simple. En el caso concreto de la Briess Pilsen Malt Fix sugiere escalones de media hora a 50/60/70 °C. El escalón de 50 °C sustituye al escalón de hidratación de 40 °C proporcionando el descanso porteíco necesario.
Por supuesto las dos series de temperaturas propuestas son una referencia. Es el cervecero el que tiene en última instancia hacer y experimentar según sean sus objetivos.
¿Cómo alcanzamos las distintas temperaturas?
Como comentaba antes se va de menos temperatura a más, luego será necesario aplicar calor.
Esto lo podemos hacer de dos modos: añadiendo agua caliente o aplicando calor en nuestro macerador.
Si optamos por añadir agua haremos el primer escalón por infusión simple con una relación de agua-grano baja (de 1.5 a 2 litros por kilo), así mantendremos margen para añadir más agua. Ojo en cualquier caso con la capacidad del macerador, no vaya a ser que no nos quepa todo el agua que teníamos pensado añadir. Cabe así mismo decir que con este método se aconseja trabajar sólo con dos escalones, ya que una tercera temperatura resulta difícil de conseguir (salvo que la diferencia de temperatura sea pequeña).
En el caso de aplicar calor podremos realizar los tres escalones sin mayor dificultad. Los dos únicos cuidados a tener en cuenta son repartir el calor uniformemente, para lo que se hará necesario remover el mash, y evitar la caramelización de la malta, lo que conseguiremos aplicando el calor de manera moderada y repartida (en el caso de hacerlo con fuego John Palmer recomienda usar una base de aluminio o cobre entre la llama y la olla para distribuir bien la temperatura).
Decocción (o decoction mashing)
La decocción es un método utilizado antaño en el Norte de Europa en el que los largos inviernos dificultaban maltear por ende modificar el grano. Es en consecuencia el método ideal para las maltas menos modificadas (hoy por hoy apenas ninguna salvo que uno la busque ex profeso). No obstante sigue siendo un procedimiento útil para extraer el carácter a malta de las bock o las lagers de la Oktoberfest.
En cuanto a cómo se realiza los distintos escalones se alcanzan sin añadir agua caliente ni aplicar calor. Ello implica retirar una parte del mash a otra olla, con una consistencia espesa, es decir, sin agua o mosto por encima de la superficie de grano, para a continuación calentarlo primero hasta la temperatura de conversión (entre 65 y 68 °C) y mantenerlo así entre 10 y 15 minutos, llevarlo después a ebullición y devolverlo al conjunto del macerado para así aumentar su temperatura hasta el nivel pretendido. Todo ello sin dejar de remover en ningún caso, es decir, ni mientras se calienta ni una vez retornado. En fin, una paliza.
Javier Morales
Soy un amante de las cervezas. Con más de 5 años de experiencia como supervisor de ventas en distribuidoras de bebidas, he desarrollado habilidades sólidas en el ámbito comercial y un profundo conocimiento de la industria de las cervezas. Combino mi experiencia en ventas con mi pasión por las cervezas en este, mi blog personal, Mundo Cervezas, donde comparto contenido sobre variedades, maridajes, y las historias fascinantes detrás de esta popular bebida.